ALIMENTACIÓN SALUDABLE

20/05/2020

¿Sabías que no todas las frutas y verduras se deben conservar en el frigorífico?

Se tiende a pensar que todos los alimentos se conservan mejor en el frigorífico, y no es así. Algunos pierden su sabor e incluso se deterioran más rápidamente cuando se opta por almacenarlos en la nevera. Con la llegada del verano, y por lo tanto, del calor, es interesante recordar que, a pesar de lo que de entrada se podría pensar, para determinados productos el frío puede llegar a ser muy contraproducente.

En este artículo nos proponemos contribuir a desmontar este popular mito y ofrecer a los lectores una guía básica de frutas y verduras para saber cuáles son las que sí que podemos mantener en el frigorífico sin ningún tipo de problema. Seguir estas sencillas pautas nos permitirá disfrutas de estos alimentos en su estado óptimo.

Los cítricos, mejor a temperatura ambiente

Los cítricos, como las naranjas o los limones, es preferible que se tengan siempre fuera del frigorífico, a temperatura ambiente. El frío los condena irremediablemente a ser un fruto sin matices, insípido, que no merece la pena de ser comido. Si bien es cierto que con el calor también maduran antes, lo mejor es no acumular demasiados, y tomarlos los antes posibles.

Las manzanas y las peras, en un cajón especial del frigorífico

Seguramente sean de las frutas que se conservan mejor en la nevera, donde pueden resistir, casi imperturbables, durante semanas. Ahora bien, para que su maduración no se acelere demasiado, se aconseja que se guarden en un cajón especial de la nevera, separadas, además, de otras frutas.

Melones, melocotones, sandías, plátanos y frutas tropicales

A todas estas frutas les sucede lo mismo. Su contacto con el frío las deteriora. Podríamos decir que han sido cultivadas para un entorno más bien caluroso, y por eso se suelen tomar, en nuestro país, sobre todo, en los meses de verano. Si queremos disfrutar del sugestivo sabor, pues, de los melones, los melocotones, las sandías, los plátanos y las frutas tropicales, dejemos que maduren en un entorno natural.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha constatado que la mejor temperatura de conservación, para los plátanos, se sitúa en los 13ºC, para la sandía en los 10ºC y para el melón en los 7ºC. El frío, por consiguiente, que transmite una nevera no les conviene para nada.

La lechuga, en la nevera, pero protegida del exceso de frío

Sí, la lechuga se puede guardar perfectamente en un frigorífico. A pesar de todo, es conveniente reservar para ella algún lugar específico de la nevera, que no sea excesivamente frío. En esta línea, por ejemplo, se puede disponer en alguno de los cajones. También se puede emplear alguna bolsa o incluso algún recipiente cerrado, para que no contacten con temperaturas demasiado bajas. Hay que tener en cuenta, por otro lado, que los expertos indican que, en el caso de la lechuga, antes de almacenarla se tiene que lavar y secar.

Ni tomates, ni cebollas ni ajos

Quizás en el caso de las cebollas y los ajos la mayoría de las personas ya tienen muy claro que se conservan fuera del frigorífico. Pero con los tomates debemos seguir exactamente la misma precaución. Todos estos alimentos, al ser sometidos al frío de la nevera, pierden todo su sabor, e incluso su aroma, tan particular, en las cebollas y los ajos.

Para evitar la maduración precoz, las cerezas y las fresas, en la nevera

Sin excederse con las bajas temperaturas, las cerezas y las fresas son frutas que sí que se pueden conservar en el frigorífico. Por si no fuera suficiente, es recomendable, de hecho, hacerlo, para que no maduren demasiado deprisa. Lo mejor es dejarlas en algún sitio de la nevera donde se puedan ventilar, y por lo tanto no se aconseja introducirlas en ningún cajón. El tomate, mantenido a temperaturas por debajo de los 10º C madura de forma incompleta, se reblandece, adopta un color anómalo y se vuelve acuoso y blando perdiendo sabor.

Hortalizas que van de más a menos

Algunas hortalizas, como los pepinos, los apios y las zanahorias se conservan de una forma correcta en el frigorífico, a pesar de que podamos notar cierta pérdida de sabor. Parecido es lo que pasa con los calabacines, las berenjenas o los pimientos, aunque cabe remarcar que su resistencia al frío es todavía inferior. Hay que ir con cuidado, pues, con estas hortalizas.

Mito superado: hay que conocer cada caso particular para conservar bien los alimentos

Podríamos alargar sobremanera esta lista de frutas y verduras. No obstante, el objetivo principal era demostrar, con solidez, que, en función de las propiedades de cada alimento, es posible que sea mejor refrigerarlo o, por el contrario, dejarlo a temperatura ambiente.

La cuestión es tomar conciencia, en definitiva, de que no toda la fruta y verdura que compramos tiene que ir al frigorífico, como ocurre con otros alimentos perecederos. Y entre la que debe conservarse en frío, existen diferentes intervalos óptimos de temperatura para cada una por lo que debemos almacenarla en consecuencia si queremos disfrutar de todas sus características de textura y sabor. A menudo nos quejamos de que la fruta y verdura ya no saben como antes. En la mayoría de las ocasiones, esta apreciación es consecuencia del trato que le hemos dado desde que se recogieron hasta que llegaron a nuestra boca. Esperamos que esta guía te ayude a tratarlas bien y a mantener los sabores auténticos.