SEGURIDAD ALIMENTARIA
15/10/2019
Riesgos alimentarios: dónde se encuentran y cómo prevenirlos
Según la encuesta realizada por EFSA (European Food Safety Authority) en 2010 sobre la percepción de los riesgos relacionados con los alimentos entre la población europea, los consumidores nos mostramos más preocupados por la contaminación química que por la contaminación producida por bacterias o por los problemas de salud y nutricionales.
Cuando a los encuestados se les presentó una lista de posibles preocupaciones, una parte afirmó estar «muy preocupada» por los residuos de pesticidas en frutas, verduras y cereales y un porcentaje menor respondió estar «muy preocupado» por la contaminación de bacterias. Además, muy pocos mencionaron los posibles riesgos de coger peso o no tener una dieta equilibrada.
Resulta curioso el hecho de que, si ordenásemos los peligros de mayor a menor posibilidad de riesgo el orden sería inverso al grado de preocupación de los entrevistados.
Actualmente, los procedimientos de control e inspección de alimentos que se llevan a cabo durante la fase de producción de cultivos han resultado muy eficaces para evitar esta serie de problemas. Según las inspecciones periódicas de EFSA, no existe un riesgo de contaminación química por residuos de fitosanitarios en los alimentos que se consumen en la Unión Europea.
Sin embargo, las intoxicaciones alimentarias se producen, principalmente, debido a alimentos contaminados por microorganismos (bacterias, virus o parásitos) que pueden causar síntomas renales, neurológicos o hepáticos.
Por tanto, resulta de gran importancia que el consumidor forme parte de esta cadena de higiene y contribuya a mantener el nivel de inocuidad alcanzado en la fase de producción y cultivo.
Los microorganismos son seres vivos que necesitan una serie de condiciones en el hábitat y nutrientes. Si encuentran los factores necesarios para la vida y les concedemos el tiempo necesario para desarrollarse, aquellos infecciosos convertirán un alimento inocuo en un alimento peligroso para la salud del consumidor.
Es necesario, especialmente en los meses de verano, estar alerta para evitar este tipo de contaminación. Para ello, como consumidores podemos seguir una serie de medidas preventivas otorgadas por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN):
- Consume alimentos que hayan tenido un tratamiento térmico.
- Cocina los alimentos. Los microorganismos pueden ser destruidos por el calor.
- Consume alimentos justo después de cocinarlos y no los dejes a temperatura ambiente.
- Utiliza solamente agua potable. Puedes usar agua embotellada o la del suministro de la red pública.
- No consumas alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.
A pesar de estas medidas, entender la percepción de los riesgos entre los consumidores es vital para ofrecer la información clara, directa, real y oportuna sobre la seguridad alimentaria.
Ciertas noticias virales despiertan una gran cantidad de revuelo y muestran que actualmente la población está más concienciada con los riesgos, por lo que estará más alerta. Sin embargo, la calidad de la información que se recibe es muchas veces la incorrecta y puede suponer que se genere un estado de alarma equivocado o se tergiverse el mensaje que se debe transmitir.